CRONISTA ETERNA

viernes, 9 de abril de 2021

Elecciones 2021: Llegó la hora de escuchar a los grandes ausentes

Las recientes declaraciones de la candidata de Juntos por el Perú (JP), Marité Bustamente, nos demuestran, una vez más, que el clasismo está arraigado en todos los estratos. Pero además que existe un abandono hacia los niveles socioeconómicos C, D y E, algo que quiso ser aprovechado por Hernando de Soto.

“Yo lo que necesito es que tengas voluntad. No de hacer una campaña de mierda, en la que vayamos solo a visitar los asentamientos humanos (...) y que la gente nos mire y luego se olvide de nosotros y vote por cualquiera que le regale táper. Tu voto está en la clase media” Estos extractos forman parte las declaraciones de Marité Bustamente, candidata de Juntos por el Perú (JP) que hasta hace unos días aseguraba que daría todo porque el pueblo es generoso. Pueblo, palabra ampliamente usada, pero que muchas veces carece de significado real.

Crédito: El País


¿A quién le hablan los candidatos? Es una pregunta que me he hecho durante toda la campaña electoral. Me enfocaré primero en Hernando de Soto, ya que asegura que su asesor Andrés Hurtado “Chibolín” le dice como hablarle a la gente del segmento C y D/E. En este grueso de población el candidato presidencial tiene el 14.4% y 3% de respaldo, respectivamente, según la última información del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Siendo su voto duro los segmentos A y B.

Según el informe “Perfiles Socioeconómicos Perú 2019” de Ipsos, en el Perú existen 8.9 millones de hogares que albergan a 31.9 millones de habitantes, de los cuales el 34% se encuentran en el NSE E, seguido del NSE C y D que tienen, cada uno, un 27% de participación. Las diferencias de ingresos son significativas, mientras alguien del NSE E puede percibir en promedio S/1,300, alguien del NSE C puede recibir S/3,970.

Frente a otros candidatos De Soto tiene más aceptación en un segmento que se caracterizan por tener secundaria completa y ser en su mayoría trabajadores independientes. Justamente el mensaje del candidato ha girado en torno a aspectos como apoyar a empresas informales y que participen en licitaciones del Estado. “Hay una población en el Perú que está conectada con el capitalismo mundial porque tiene privilegios y una desconectada. Yo sé cómo hacer que el 80% de los desconectados se beneficien del libre mercado creando los puentes que hoy no tienen”, asegura.


De Soto se apoya en su experiencia profesional y académica para presentarse como una opción que sabe cómo sacar al país adelante. Aunque sus críticos lo han cuestionado principalmente por la asesoría que ha dado a gobiernos dictatoriales, así como por su posición de apertura de mercado que ignora cómo funciona el proceso de vacunación, su actitud ególatra parece que será la estacada final que lo sacará de la carrera de las elecciones presidenciales.

Todo indica que Keiko Fujimori será quién finalmente se imponga en una eventual segunda vuelta. Llama la atención que está candidata tenga casi el 12% de aceptación en el NSE D/E. Un grupo que se distingue por tener al menos primaria completa por estar en condiciones más vulnerables. En el contexto de la pandemia, destaca que la mayor parte de esta población no accede a servicios de salud. Según el IPE, de cada 10 independientes, cuatro están afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS) y cuatro no tienen ningún tipo de seguro.


Pese a las investigaciones en su contra y las críticas que ha recibido su partido por su desempeño en las crisis políticas que derivaron en vacancias presidenciales, el principal activo de Keiko es la figura de su padre. Como se indica en el libro Lecciones del final del fujimorismo, Alberto Fujimori tuvo un amplio respaldo porque no solo se adjudicó la derrota de Sendero Luminoso —trabajo que realmente estuvo a cargo del desactivado GEIN —, sino porque además llevó al Estado a regiones tradicionalmente descuidadas y abandonadas.

Por primera vez, peruanos que jamás habían tenido contacto con el gobierno sentían que por fin estaban sido visibilizados. El Estado se hizo presente a través de proyectos de obras públicas y programas sociales; construcción de escuelas, hospitales, caminos y viviendas; e implementación de servicios de salud y asistencia alimentaria. Antes de iniciada la pandemia, pude verificar cómo en Chanchamayo aún valoran las escuelas que se construyó en dicha época. Lo mismo en Iquitos, donde hay muchas postas y colegios a su nombre.

Por su parte la candidata presidencial de JP, Verónika Mendoza, tiene más aceptación en el NSE A/B (13.9%) que en el NSE C (5.3%), D/E (6.1%), de acuerdo con el IEP. Sus propuestas giran en torno a aumentar la capacidad de las empresas para que estas se formalicen, establecer medidas antidumping para proteger el mercado nacional, así como soluciones de empleo temporal y la entrega de bonos. "Vamos a hacer un programa de transferencia directa, dos bonos nacionales universales en agosto y en setiembre. S/ 15,000 millones adicionales que se van a inyectar en las economías locales", afirmó Mendoza. Sin embargo, el mensaje de Mendoza sigue sin enganchar con quiénes son trabajadores independientes y deben buscar cómo sobrevivir día a día.


Partiendo de lo indicado por la candidata congresal del partido, la estrategia de JP se centró en la clase media y nuevamente ignoró al grueso de población que aspira a ser representado. Se dice que el clasismo es una forma de discriminación, y precisamente eso es lo que muchos partidos han hecho indirectamente con su estrategia política. No por nada Pedro Castillo, candidato de Perú Libre, tiene mayor afinidad con electores que buscan un cambio, pero además ser tomados como iguales y no como meros ignorantes.

Elaborado por Daniel Encinas
Porcentaje de ausentismo electoral de 1980-2016. Elaborado por Daniel Encinas

Durante años se ha partido de la idea que hay más ausentismo político en el NSE C, D y E, pero la verdad es que, al menos yo, no he encontrado alguna fuente oficial que valide esa idea. De lo que sí hay información es del aumento seguido del porcentaje de ausentismo electoral desde el 2006, situándose en 20% en las últimas elecciones del 2016. Un partido político no puede aspirar a representar solo a la clase media. Seguir pensando de esa forma solo generará más fragmentaciones en el país y validará la voz de los extremos.

Publicar un comentario

 
Copyright © 2014 Cronista Eterna. Designed by OddThemes | Distributed By Gooyaabi Templates