CRONISTA ETERNA

viernes, 15 de septiembre de 2017

Lehman Brothers, el punto más álgido de la crisis financiera

Los albores de la mañana del 15 de setiembre del 2008 fueron testigos de un anuncio que marcaría la historia financiera mundial: el colapso de Lehman Brothers. La caída del cuarto banco de inversión de Estados Unidos repercutió en los sistemas financieros de todo el mundo, y agudizó una crisis largamente anunciada.


Hasta ese día Lehman Brothers era uno de los mayores bancos de inversión del mundo, pese a las pérdidas de US$3.927 millones que había anunciado antes de sucumbir a la crisis financiera. Además mantenía calificaciones positivas en Standard & Poor's y la agencia Moody's.
Moody's le había colocado la calificación a2 "en revisión" cinco días antes de que se declarara en bancarrota.
“Nadie lo esperaba.Todos esperaban que la Reserva Federal los rescatara como lo hizo con Bear Stearns & Co., previamente. Pero, no sabían que Goldman entraría en juego y mataría ese trato”, indica Sylvain R. Raynes, fundador de R & R Consulting.

En conversación con El Comercio, señala que la quiebra del banco generó un efecto en cadena, ya que todos los mercados financieros fueron interrumpidos, especialmente el mercado de papeles comerciales donde las empresas emiten deudas a corto plazo. “Lehman era una importante firma de Wall Street, con amplios clientes, aquí y en el extranjero”, explica.

Un empleado de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008
Un final anunciado
Allá por el 2002 el ex presidente, George Bush, manifestaba que el ser dueño de una vivienda era “parte integral del sueño americano'". Bajo esa consigna propondría un enérgico plan para aumentar la oferta de viviendas económica, entre los que se incluiría facilitar el financiamiento hipotecaria a personas de escasos recursos.

“Una vez que las puertas de la inundación de crédito se abrieron desde arriba, la regulación se volvió laxa. Después de eso, fue demasiado tarde salvar al país”, anota Raynes. En efecto, con el paso del tiempo el número de préstamos subprime o “hipotecas basura” creció rápidamente, teniendo su mayor auge entre el 2004 y el 2006.


Paralelamente, el número de hipotecas de elevado riesgos que eran revendidas por bancos comerciales a bancos de inversión—lo que masifico el uso de los famosos CDO (Collateral Debt Obligation)— se fue elevando.
Los bancos de inversión usaron los CDO para mezclar hipotecas de muy baja calidad con deudas de menor riesgo.
“Un grupo de hipotecas se juntaban en un "empaquetado" que podía contener alrededor de 10 mil hipotecas; este producto financiero, cuyo riesgo era imposible de descifrar debido a que tenía hipotecas buenas y malas, era vendido de los bancos comerciales a los bancos de inversión, los que a su vez lo vendían al mundo a través de la bolsa de valores de Nueva York”, explica el economista Carlos Parodi.

Pero no fue hasta el verano del 2006 que la crisis empezó a hacerse evidente, cuando el precio de la viviendas, que no había dejado de subir en 10 años, empezó a derrumbarse tras alcanzar un valor récord en agosto de ese año. Según datos de la  FED, ese mes el precio alcanzo los US$317.300.


“Al colapsar la burbuja, las casas perdían valor y los clientes dejaron de pagar. Imagínate que debes al banco 100 y por el colapso de la burbuja tu casa ahora está valorizada en 60; lo racional es no pagar. Así se cayó el sistema”, afirma Parodi, quien es jefe del departamento de Economía de la Universidad del Pacífico.

La caída de precios de viviendas también provocó que el valor de las hipotecas y de los paquetes hipotecarios se redujeran. Lo que a su vez provocó que firmas como Citibank, JP Morgan Chase y Deutsche Bank se retiraran del mercado subprime.  Dando luces de una crisis que sería calificada como la peor de la historia, o incluso, como diría Harvey Miller, de la firma Weil, Gotshal & Manges, como un “apocalipsis”.

Recetas agrias
Tras el estallido de la crisis, gobiernos y bancos centrales desarrollaron rescates millonarios. En el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), este organismo compró deuda y otros activos financieros privados bajo la consigna de que era necesario para calmar a los mercados, lo que ayudó a salvar a entidades como Bank of America, Bear Stearns,  JP Morgan Chase y Morgan Stanley , y también a inyectar dinero a firmas como General Motors, Toyota y Verizon.

Grandes corporaciones recibieron ayuda de la Fed
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Estos rescates desataron una ola de críticas por parte de la ciudadanía y organizaciones civiles, ya que como dijo el Presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, que la Fed “jugó con billones de dólares y tomó una enorme cantidad de riesgo con el dinero del pueblo”. Entre ellos destaca los US$700 mil millones de octubre de 2008 propuestos por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson. No obstante, según información difundida por Wikileaks la suma es ínfima, ya que la Fed habría usado más de US$3,5 trillones para rescatar a diversas instituciones, sin consultar al congreso o al gobierno.

"Creo que nuestras acciones evitaron un resultado aún más desastroso", dijo Donald L. Kohn.
Los rescates ocultos llevaron a la Fed a presentarse ante el congreso de Estados Unidos, donde Donald Kohn, quien fue vicepresidente de la institución durante la crisis, defendió las 21.000 transacciones que realizaron durante el período de diciembre de 2007 a julio del 2009. Los datos confirmaron  que Citigroup, Merrill Lynch y Morgan Stanley aprovecharon un programa de préstamos especiales desarrollado por la Fed en más de 100 ocasiones.

Otro de los programas que uso la Fed fue el llamado "Term Asset-Backed Securities Loan Facility", que permitió que se realizaran préstamos a inversionistas como Kendrick R. Wilson III, un ex ejecutivo de Goldman que había sido un asistente de Henry M. Paulson Jr. , el secretario del Tesoro durante la crisis; y Christy K. Mack, la esposa de John J. Mack , el ex director ejecutivo de Morgan Stanley, de acuerdo a información difundida por la agencia Reuters.

* Nota elaborada para la sección economía de El Comercio.

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