CRONISTA ETERNA

domingo, 6 de marzo de 2016

No hay mejor oficio que el periodismo

“Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad”.
-Gabriel García Márquez.


A 89 años de su natalicio, Gabriel García Márquez sigue abriéndole paso al mejor oficio del mundo. Desde que empezará su carrera como redactor de notas editoriales, él supo reconocer que la práctica del oficio imponía al periodista"la necesidad de formarse una base cultural", como diría en un discurso ante la SIP (1996).

Pese a que fue ferozmente criticado por su postura ideológica, es indudable que muchas de sus observaciones sobre el periodismo fueron certeras. Frente a la mercantilización de la información, el apetito insaciable de la publicidad, y de un cliché que nos quiere hacer creer que el periodismo es objetivo, Gabo afirmó lo siguiente:
"Creo que es la prisa y la restricción del espacio lo que ha minimizado el reportaje, que siempre tuvimos como el género estrella, pero que es también el que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión, y un dominio certero del arte de escribir. Es en realidad la reconstitución minuciosa y verídica del hecho. Es decir: la noticia completa".
Lo cierto es que esta apreciación no dista de la realidad. La globalización y la continua demanda de noticias muchas veces conducen al periodista a la enajenación. Al convertir la información en un producto olvidamos que "la mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor”, como decía Márquez. Recordemos que los reportajes "duros" requieren tiempo y supervisión.

No hay más García Márquez que el periodista
Como reportero se distinguió por enfrentar la ira de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, al publicar en el diario El Espectador su novela  Relato de un náufrago, en la que demostraba que naves militares de Colombia transportaban contrabando.



Haciendo un ápice sobre esta obra es interesante cómo introdujo recursos literarios al periodismo, ya que comprendió algo que posteriormente afirmaría Aurelio Miró Quesada Sosa, "la hoja de un periódico no está hecha solamente con papel y con tinta. Está hecha con alma".

Por ejemplo esto vuelve a quedar en evidencia en 'Operación Carlota: Cuba en Angola', una crónica en la que narra cómo 36.000 soldados hicieron retroceder al ejército racista sudafricano de Angola, que reivindicaba el apartheid.

De similar forma 'Cuba de cabo a rabo', 'Torrijos: cruce de mula y tigre', 'Los cubanos frente al bloqueo', 'Vietnam por dentro','Apuntes para un debate nuevo sobre las drogas' evidencian la labor de un reportero que creía que la veracidad no se veía marginada por la narrativa. 

Al respecto, en 1991 escribía: "Toda la vida he sido un periodista. Mis libros son libros de periodista aunque se vea poco. Pero esos libros tienen una cantidad de investigación y de comprobación de datos y de rigor histórico, de fidelidad a los hechos, que en el fondo son grandes reportajes novelados o fantásticos, pero el método de investigación y de manejo de la información y los hechos es de periodista".

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