"Mientras los hombres sigan masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la tierra la guerra y el sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra el dolor y la muerte no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor."Pitágoras
¡Entradas, entradas!, fue lo primero que alcance a escuchar. Me encontraba cerca a la Plaza de Acho, un lugar que se levanta sobre uno de los distritos más viejos de Lima, El Rimac. En silencio, intentaba entender un acto que aún ahora me parece irracional: la corrida de toros.
He tenido la oportunidad de platicar con personas que tienen gran fascinación hacia la tauromaquia, curiosamente todas suelen coincidir en que es un arte, una forma de resaltar las cualidades del ser humano frente a la muerte, a la adversidad, otros dicen que es una costumbre antiquísima, que rescata la identidad del ser humano, y que incluso se remonta a la cultura grecorromana.
Dicen que el arte es la representación estética del ser humano, la forma en la que esté proyecta su interpretación del mundo. Pero también, que el arte construye, que se forja sobre un sentir, sobre un pensar. En ese sentido, ¿qué mensaje estamos trasmitiendo al reproducir este tipo de costumbres? Frente a la violencia que observamos a diario, ¿por qué apostar por una costumbre que reafirma la idea de supremacía del hombre?
Si la idea de costumbre bastará, ¿por qué no revalorar los sacrificios? ¿por qué no rescatar el canibalismo? Sí, sonará extraño pero hay quienes ven en este acto una forma de resguardar el ser del otro, ya que se queda incardinado en uno. Dejando de lado la subjetividad que intenta justificar este acto, encontramos algo tangible, concreto, el sufrimiento de un ser vivo, un sufrimiento innecesario. desde el ángulo que uno lo observe.
Me niego a aceptar la agonía. Dudo del arte que aniquila, que destruye. Soy escéptica ante los seres que gozan del sufrimiento ajeno. Nuevamente, la sociedad de la información se ve absurda frente a la civilización del espectáculo. El ser racional se esconde bajo el pasional, quizás sí es un "arte", uno que expresa el culto a la muerte, al más triste espectáculo: la ruina del hombre.
He tenido la oportunidad de platicar con personas que tienen gran fascinación hacia la tauromaquia, curiosamente todas suelen coincidir en que es un arte, una forma de resaltar las cualidades del ser humano frente a la muerte, a la adversidad, otros dicen que es una costumbre antiquísima, que rescata la identidad del ser humano, y que incluso se remonta a la cultura grecorromana.
Dicen que el arte es la representación estética del ser humano, la forma en la que esté proyecta su interpretación del mundo. Pero también, que el arte construye, que se forja sobre un sentir, sobre un pensar. En ese sentido, ¿qué mensaje estamos trasmitiendo al reproducir este tipo de costumbres? Frente a la violencia que observamos a diario, ¿por qué apostar por una costumbre que reafirma la idea de supremacía del hombre?
Si la idea de costumbre bastará, ¿por qué no revalorar los sacrificios? ¿por qué no rescatar el canibalismo? Sí, sonará extraño pero hay quienes ven en este acto una forma de resguardar el ser del otro, ya que se queda incardinado en uno. Dejando de lado la subjetividad que intenta justificar este acto, encontramos algo tangible, concreto, el sufrimiento de un ser vivo, un sufrimiento innecesario. desde el ángulo que uno lo observe.
Me niego a aceptar la agonía. Dudo del arte que aniquila, que destruye. Soy escéptica ante los seres que gozan del sufrimiento ajeno. Nuevamente, la sociedad de la información se ve absurda frente a la civilización del espectáculo. El ser racional se esconde bajo el pasional, quizás sí es un "arte", uno que expresa el culto a la muerte, al más triste espectáculo: la ruina del hombre.
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