En retrospectiva: Cada día es un aprendizaje constante

Llega la noche y la nostalgia me invade. Son más de 8 mil días en este planeta llamado Tierra. Mientras el tiempo transcurre me observo y observo a mi alrededor. Una imagen ilumina el lugar, un ser que muestra una bondad infinita y que me recuerda las bases cristianas que alimentan mi alma.

Mi memoria me irrumpe, tengo millones de recuerdos que me hablan de un fue, un soy y un seré. Los tres tiempos siempre me acompañan. ¿Por qué? Porque esos tiempos conforman quien soy ahora y lo que puedo ser más adelante. Porque en este caminar he construido universos que quiero materializar.

En ocasiones he sentido que aquella niña que soñaba con hacer del mundo algo mejor me mira y me cuestiona ¿Es suficiente lo que estoy haciendo? Lo que da consuelo a mi alma es la meta que tengo arraigada en mi ser. Sé que poco a poco se ira concretizando, que debo prepararme aún más para lograrlo.

Recuerdo cuando recién iniciaba mi experiencia universitaria. Tenía expectativas, sueños, algunos cambiaron, otros se mantuvieron. Poco a poco fui encauzando mis sueños. Las experiencias laborales ayudaron a acentuar el amor por el oficio que hoy desempeño. Los lectores se convirtieron en grandes aliados. Procuré que cada crítica y felicitación fuera recepcionada de la mejor manera.

Aunque alguna vez me criticaron el hecho de "no ser consciente" del medio en el que estaba. Hoy me siento tranquila porque desde un inicio me esforcé como lo haría en cualquier espacio. Siempre creí que el medio no hace al periodista. Sea un pequeño canal o un grande, el lector se merece el mismo respeto.

Además aprendí que la confianza y el respeto se gana. Uno no puede creerse merecedor de algo que no ofrece. Aprender eso me costó muchísimo, porque significo ser más crítica conmigo misma. Como decía el filosofo Confusio: “evita disgustos exigiéndote a ti mismo sin esperar nada o poco de los demás”.

No cabe duda que he cambiado, que aún me queda mucho por aprender. Pero que gusto es poder mirarme al espejo y respirar tranquila, que gusto es haber encontrado a personas que me ayudaron a ver la vida de manera distinta.