CRONISTA ETERNA

lunes, 18 de julio de 2016

El legado de Nelson Mandela

Un 18 de julio nacía, en una aldea ubicada a orillas del río Mbashe, Rolihlahla Dalibhunga Mandela, más conocido como Nelson Mandela. Acérrimo defensor de la igualdad y crítico de de una enfermedad social llamada apartheid, fue encarcelado durante 27 años en la prisión de Robben Island y en la prisión Víctor Verster, donde permaneció hasta su liberación en febrero de 1990. 



Tres décadas entre rejas pudieron haber quebrado su espíritu, sin embargo, esto solo contribuyó a afianzar su ideal y a fortalecer su voluntad de dirigir a su país hacia un nuevo comienzo. En nombre de la libertad proclamó las siguientes palabras:” Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”.
Considerado por décadas como "terrorista"—lista de la que salió con la firma de  George W. Bush en el 2008—, recibió el 10 de diciembre de 1993 el Premio Nobel de la Paz. Aquel año, frente a cientos de espectadores, dirigió las siguientes palabras:
"Estoy aquí hoy como representante de los millones de personas en todo el mundo, el movimiento anti – apartheid, los gobiernos y las organizaciones que se unieron con nosotros, no para luchar contra Sudáfrica como país o cualquiera de sus pueblos, sino para oponerse un sistema inhumano y para un rápido fin del crimen del apartheid contra la humanidad. (...)
Sudáfrica será como un microcosmo del nuevo mundo que está luchando para nacer. Este debe ser un mundo de democracia y respeto de los derechos humanos, un mundo liberado de los horrores de la pobreza, el hambre, la privación y la ignorancia, aliviado de la amenaza y el azote de las guerras civiles y la agresión externa y sin la carga de la gran tragedia de millones forzada a convertirse en refugiados."
De esta forma se enfrentaba, no solo al régimen segregacionista que aplicó el gobierno de África del Sur, sino a aquello que atenta contra la dignidad del hombre, aquello que aún acompaña a las sociedades del mundo: el hambre, la pobreza, las guerras. 
Por tal razón, aunque fue duramente criticado, tras su salida de la cárcel mostró gran gratitud con el pueblo cubano,  a quienes se refirió como internacionalistas, que "compartieron las mismas trincheras en la lucha contra el colonialismo, subdesarrollo y el apartheid”.


En 1994, el líder sudafricano Rolihlahla, cuyo nombre es interpretado por los nativos como "rebelde", se convirtió en el primer presidente negro del país. Mandela ganó las elecciones presidenciales con 63% de los votos. A sus 72 años de edad, pronunció un discurso que ha quedado plasmado en la memoria de generaciones, y del que rescatamos el siguiente fragmento. 
"Que haya justicia para todos. Que haya paz para todos. Que haya trabajo, pan, agua y sal para todos. Que cada uno de nosotros sepa que todo cuerpo, toda mente y toda alma han sido liberados para que puedan sentirse realizados. Nunca, nunca jamás volverá a suceder que esta hermosa tierra experimente de nuevo la opresión de los unos sobre los otros, ni que sufra la humillación de ser la escoria del mundo"
En el poder, siguió luchando por aquellos principios que defendió en su juventud. Entre las acciones de su gobierno destacan el desarrollo de la vivienda, la educación y la economía con el objeto de mejorar la calidad de vida de la mayoría de sudafricano, según Telesur. 
Durante cinco años renunció a una tercera parte de su salario. Además, fue mediador en los conflictos de Angola, Burundi y República Democrática del Congo.Años después, en 2009, fue reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) por su contribución a la cultura de la paz y libertad. 


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