CRONISTA ETERNA

viernes, 12 de agosto de 2016

#Niunamenos: Una reflexión necesaria

"Solo un ideal común y con nueva moral dará paz al mundo".- Alfa y Omega
"Basta ya a la violencia y discriminación contra las mujeres", "Para que nunca más nos vuelvan a agredir, violentar y asesinar a causa del machismo", "Nos une la indignación ante la vergonzosa actuación del Poder Judicial en casos como los de Cindy Contreras, Lady Guillén y miles de mujeres anónimas"



El día de mañana se realizará la marcha Ni Una Menos. La iniciativa ha sido difundida de forma masiva a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Aquellos espacios han sido idóneos para conocer lo que piensan los peruanos sobre la violencia. Es allí dónde me gustaría detenerme.

¿Del odio al asesinato?
Por la noche leía una nota de América TV, en el que se informaba que el año pasado se produjeron 95 feminicidios y 200 tentativas de este tipo de crimen. Y en lo que va del año, se han producido 54 feminicidios y 116 tentativas. De inmediato recordé un informe del INEI del 2015, en el que se indicaba que en el año 2014 se registraron a nivel nacional 2 mil 76 muertes violentas asociadas a hechos delictivos dolosos. Del porcentaje de las victimas más del 80% fueron hombres.

Imagino que alguien podría decir que es distinto. Aunque el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio señala que "los feminicidios son asesinatos motivados por la misoginia, porque implican el desprecio y el odio hacia las mujeres” personalmente tengo ciertas dudas sobre estas motivaciones ¿Por qué?



Hace un tiempo leí un informe que buscaba conocer los factores psicosociales en hombres internos por feminicidios. Algunas de las conclusiones fueron reveladoras. Se detectó un inicio temprano en acciones violentas por parte de los victimarios, lo que apunta hacia una normalización de la violencia. Una lógica de “sentido común” para los victimarios podría ser, “Si era justo y correcto que me violentaran, es justo y normal que yo violente a las mujeres”. Además se identifico la ausencia de una estructura familiar solida. 
"Llama la atención los niveles de desestructuración familiar que rodearon el entorno del desarrollo psicosocial en la niñez y adolescencia de los feminicidas, cuando más de la mitad se criaron sin ambos padres, ocurriendo la mayor parte de las separaciones en períodos críticos de sus vidas, sobre todo la adolescencia, datos que se agregan como factor de victimización. (..) Estas variables en conjunto hacen predecir alguna forma de apego inseguro que tiende a compensarse con formas disfuncionales de relacionarse con la pareja, basadas en el dominio, el control, posesividad, dudas e infidelidades"     Extracto del informe.
Por esta razón sigo pensando que no se trata del desprecio a la mujer, sino de formas de concebir el mundo, de creer que la violencia es la salida, de conflictos internos que en el peor de los casos pueden desencadenar en un asesinato. No es casual que se haya detectado hipocondría, depresión, histeria y paranoia moderada en los acusados. No es casual que se vea a la violencia como algo normal. Como diría Esquilo: "La violencia suele engendrar la violencia".

¿El machismo es el problema?
"Desgraciadamente tenemos un Poder Judicial machista", sentenció Lady Guillén, quien se refirió a la sentencia de cuatro años de prisión suspendida que recibió su agresor Ronny García por los delitos contra la vida, el cuerpo y salud, por el ataque que recibió de este en el año 2012.

La Real Academia Española (RAE) define el machismo como la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Cuando escuche ese comentario me puse a pensar en que en la mayoría de los casos los jueces suelen entregar la tenencia a la madre dejando al padre relegado, en que la ONU alienta a los países miembros a buscar alternativas al encarcelamiento de las mujeres delincuentes.

También recordé que cada vez que se denuncia a una mujer por violación la mayoría de personas realizan comentarios que responden a la idea de virilidad asociada a la sexualidad. En cambio, cuando la situación es al revés las críticas son más duras. "Que lo violen en la carcel y le hagan peor que le hicieron a los niños" "Sin dudarlo pena de muerte ... porque no hay castigo que repare el daño que le hizo a los menores" Son algunos de los comentarios.


















Es cierto que la opinión en torno al actuar del Poder Judicial es compartida, en el sentido de que según la última encuesta de Ipsos el 77% de encuestados rechaza la labor de esta entidad. La corrupción, la burocracia, la sobrecarga procesal suelen ser algunos de los aspectos más criticados. Sin embargo, pocas veces se observa que, por ejemplo, la demora para tramitar las denuncias de víctimas de violación sexual responde a la dificultad de probar el delito, y a la carencia de psiquiatras y peritos psicológicos. Entonces, quizás deberíamos ver la forma de buscar un Poder Judicial más eficaz para todos.

Siguiendo con la idea central, cuando se crítica el hecho degradante de la violación nuestra mirada se dirige al acusado, pero pocas veces intentamos comprender por qué razón existen este tipo de personas. Así, nuestra opinión se ve reducida a la existencia de un individuo, pero no a los deseos de opresión y dominio que subyacen en la mente de estos criminales, quienes muchas veces han sido víctimas de agresión, de acuerdo a los perfiles que esbozan muchos psiquiatras. Entonces ¿no deberíamos mostrar mayor interés por la prevención? O mejor aún ¿no deberíamos observarnos como sociedad?

Lo mismo ocurre cuando se crítica la exhibición de la mujer como objeto. "Esto responde a la tradición machista de la sociedad", se dice. No dudo que algo de razón habrá, de hecho observé ese fenómeno en el proceso de educación de la mujer en el Perú, pero considero que se omite un fenómeno más amplio, que afecta a todos y que responde al nombre de cosificación. Muchas veces es el ser humano el que como gráfica en Metamorfosis el literario Franz Kafka es victima de una sociedad que exalta el consumismo, que valora a las personas en tanto sean "útiles", que cae en relaciones superficiales, que aliena, que no permite el desarrollo del ser humano.





















 El sexo como negocio es bastante lucrativo. Por esa razón pocas veces se ven críticas mordaces en contra la prostitución, contra la llamada libertad sexual. Cada vez que se vende un anticonceptivo se omite que es la primera causa de muertes de enfermedades cardiovasculares en América Latina, se omite también que la iniciación sexual temprana vuelve a la mujer más propensa a desarrollar cáncer de cuello uterino, y patologías como la eclampsia y la preeclampsia.

Como sociedad tenemos el deber de empezar a observar fenómenos como la violencia de forma sistemática. Hoy la mirada de la población se orienta hacía las mujeres, hacía el respeto a la vida, pero no puede detenerse allí. La violencia no es solo física, se expresa también a través de la desigualdad social, de la indiferencia, de la intolerancia, Se expresa no solo externamente, sino también internamente. Cuando no nos cuidamos a nosotros mismos, cuando exponemos nuestro cuerpo a sustancias toxicas, allí también hay violencia.

2 comentarios :

  1. Excelente reflexión, hace falta difusión a este tipo de artículos.

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  2. Interesante articulo, la violencia es un fenomeno que corre por dos vias, pero se vende por un lado

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