Allá por 1990, España ya denunciaba que el narcotráfico había fijado su mirada en Panamá, como un incipiente centro de la banca "offshore" orientado al lavado de dinero. Las sociedades offshore se caracterizan por su opacidad, ya que sus accionistas o propietarios no figuran en registros públicos, y se pueden constituir con poca documentación. En otras palabras, sirven para mantener en la oscuridad la identidad de los verdaderos dueños.
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| (Foto: El Confidencial) |
Esto hace posible, como ocurrió con los Panama Papers, que los intermediarios offshore, usualmente abogados, se protejan a sí mismos y a sus clientes ocultando las transacciones sospechosas o alterando los registros oficiales. Recientemente, la denuncia que pesa sobre ex presidentes del Estado, como Alejandro Toledo, revelan que estas sociedades fueron usadas para entregar los supuestos sobornos de la constructora Odebrecht.
De acuerdo al portal de investigación Ojo Público, "uno de los principales ejecutivos de Maiman, el israelí Sabih Saylan (57), vicepresidente de Merhav, y también acusado de intermediario de Toledo en el pago de la coima, mantuvo una fluida comunicación con las sedes de Mossack Fonseca en Panamá entre 1999 y el 2016".
Aunque el debate se ha centrado en la regulación, nada se dice del impacto de estas estructuras empresariales, que usualmente se constituyen en paraísos fiscales, en la economía mundial. De hecho, en el mundo países como Estados Unidos y Reino Unido tienen bajo su jurisdicción a paraísos fiscales como Delaware, las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas. Se calcula que un tercio del PBI mundial se esconde en paraísos fiscales.
Entonces ¿en serio seguiremos hablando de quién es el más corrupto? ¿por qué mejor no preguntar qué hace posible que existan estos casos? Por mi parte, creó que este tipo de hechos deberían obligar al mundo a preguntarse si estas figuras legales deberían seguir existiendo.
No es casual que cada vez que se revela un acto de corrupción la figura de empresas offshore y paraísos fiscales entran en escena. Contrario a la idea de transparencia que se difunde en diversas partes del mundo, los recursos de miles de compañías se esconden en jurisdicciones que eluden leyes, impuestos. Como alguna vez comentó un funcionario de la UIF, si se desea acabar con las actividades ilícitas se tiene que atacar sus fuentes de financiamiento.
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