CRONISTA ETERNA

viernes, 8 de marzo de 2019

Día de la Mujer: ¿Ir en contrasentido es no ser "feminista"?

Las voces que se alzan a nivel mundial son un claro síntoma de que algo está cambiando. En los últimos años hemos visto campañas públicas orientadas a denunciar el acoso sexual y la discriminación laboral, se ha llegado incluso a proponer cuotas para garantizar la participación de las mujeres en el directorio de algunas empresas. También ha crecido las voces que hablan de libertad sexual y la vinculan con el aborto. En todos los casos siempre habrán voces disonantes, entre ellas la mía.


Siempre he aspirado a tener un juicio propio y a rescatar lo mejor de cada opinión. En esa línea, coincido con muchas de las cosas que plantean quienes se autodenominan "feministas". Aunque reitero, tengo mis observaciones. Empecemos por el acoso sexual, la sociedad alimenta continuamente una retórica que relaciona la estética y la sexualidad con las mujeres. De acuerdo a un estudio de la American Psychological Association (APA), los medios de comunicación, videos musicales —análisis de contenido indican que 44% –81% de videos musicales contienen imágenes sexuales—, letras de música y películas, entre otros, contribuyen con objetivizar a la mujer.
La publicidad también juega un papel importante en la imagen que representa de la mujer. Sullivan y O'Connor (1988) reportó que las representaciones de mujeres en roles puramente "decorativos" aumentó 60% desde 1970. 

En ese contexto también se encuentra la pornografía: un negocio rentable y demandado, solo el año pasado Pornhub reportó más de 33,500 millones de visitas, según El Litoral. Existe evidencia que la sobreexposición a la pornografía genera un efecto similar a la droga (principalmente adicción) y, en la medida que el consumo crezca, se vuelve insuficiente a la hora de hablar de recompensa y satisfacción  (generación de sustancias como la dopamina). ¿Alguien se pregunta qué ocurre cuando ese sujeto no encuentran más satisfacción en la pornografía? ¿Qué pasa con aquellos que viven reprimidos y alimentos por ese tipo de imágenes?

Las personas que ven a otras como objetos tienden a ver como algo normal el acoso sexual. "Fue solo una broma", "Seguro estabas muy provocativa", "La mujer que se respeta pone un parque" "Esta para ....". De similar forma, quienes se autoconciben como objetos tienden a destacar de si mismas determinadas parte de su cuerpo. Aquí llega una pregunta que solo nosotras podremos responder ¿te vistes para ti o para alguien más? La aceptación social es una característica que ha acompañado desde sus inicios al ser humano, pero ¿qué ocurre si para ser aceptada debes cumplir con determinados cánones de belleza? ¿Qué pasa si crees que para lograr lo que quieres debes exhibir tu cuerpo? ¿Qué tan limitante puede llegar a ser eso para el ser humano y para su propia aceptación y bienestar? ¿Una mujer es libre si se viste para gustar y no conforme a lo que le parece agradable y cómodo?

Sobre el segundo punto, la discriminación laboral es un aspecto en el que existe mayor consenso. Los estudios del FMI apuntan que la disparidad salarial es un problema mundial. Así, el INEI anota que en promedio por cada sol que gana un hombre, una mujer recibe S/ 0.74. La situación se agudiza en provincia. La disparidad no se trata de distintos roles o funciones, abarca apreciaciones incluso de carácter subjetivo que no se corresponden con la realidad. No sé cuántas veces vi colegas ganar menos que sus pares por el mismo trabajo. A eso se suma que la maternidad es vista como un gasto por muchos empresarios.

Y allí empiezo a enlazar dicha idea con la del aborto. Se nos dice que abortar es nuestro derecho y se pone como "argumento" que es nuestro cuerpo. ¿Se nos dice que estamos destruyendo un ser humano? Sí, porque no es un conjunto de células. Desde el momento de la fertilización existen interacciones de un gran influjo de iones, lo cual posibilita cambios en la carga eléctrica de la membrana del ovulo, logrando así cambios morfológicos del núcleo paterno, intercambios de proteínas paternas y la síntesis de ADN en cada pronúcleo por separado. Diez horas después se inicia la transcripción del genoma del embrión (Condic 2008). En fin, todas estas interacciones evidencian que el cigoto, un nuevo individuo humano de una célula, orquesta y dirige el patrón de su desarrollo, que difiere del de cualquier otra célula. “Un ser humano puede distinguirse porque se comporta como un organismo, es decir, sus partes actúan de forma coordinada e interdependiente para llevar a cabo las actividades de la vida” (Merrian-webster 2012).

Yo me pregunto ¿Se nos plantea opciones y se nos explica las consecuencias de un aborto legal en nuestro cuerpo? ¿Somos libres al elegir el aborto o lo hacemos porque tenemos miedo del prejuicio de la sociedad, de no ser contratadas, de lidiar con un bebé solas porque no estará la pareja? ¿Tenemos realmente la opción de elegir o todo ya viene condicionado a una sola dirección? Como diría la escritora feminista Frederica Mathewes-Green, es una broma cruel llamar a esto una “elección” de una mujer.

Por todo esto, para mi lo más importante es revalorar nuestras diferencias pero entendiendo que cada uno de nosotros debe tener la oportunidad de apuntar a su autorealización. Todos tenemos carencias compartidas, empezando por el servicio de salud y educación. Pero también existencias carencias históricas que exigen una respuesta, como la disparidad salarial. Es importante que todos nos sometamos a un shock cultural para reconocernos como seres humanos y respetar toda forma de vida. Debemos dejar de ver el síntoma para ser capaces de progresar como sociedad. 

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