CRONISTA ETERNA

viernes, 7 de abril de 2017

Siria: Una masacre que estremece y que abre cientos de interrogantes

No existe palabra que describa el dolor que sentí al observar cómo los cuerpos de pequeños niños eran trasladados hacía ambulancias y hospitales de la ciudad de Idlib. El nombre de la ciudad, ubicada al noroeste de Siria, remece en diferentes medios de comunicación desde el pasado 4 de abril, fecha en la que se denunció que más de 80 personas habían muerto tras un ataque con armas químicas.


La responsabilidad de tal atrocidad es atribuida al presidente sirio, Bashar al-Assad. Digo atribuida porque aún no existe investigación que pueda confirmar dicha afirmación. Sin embargo, representantes de países como Turquia, Arabia Saudita, Francia, Reino Unido, y Estados Unidos han alimentado esta afirmación, este último ha perpetrado un ataque aéreo a Siria este viernes. De esta forma viejos actores entran a escena y la historia se vuelve a repetir.

Representando lo que el escritor Noam Chomsky denominaba como nuevo humanismo militar, este viernes Estados Unidos decidió atacar Siria, lo que provocó la muerte de nueve civiles, entre ellos cuatro niños. La acción ha sido aplaudida por países como Francia, quien a través de su embajador ante las Naciones Unidas, Francois Delattre, declaró que es "es una respuesta legítima al ataque químico".

Lo cierto es que la masacre en Idlib, que se calcula ha dejado más de 80 muertes, guarda semejanzas con lo ocurrido el 25 de mayo del 2012, fecha en el pueblo de Houla fue testigo de un ataque que dejó el saldo de más de 160 muertos.

La escena fue tétrica, testigos hablaban de gargantas cortadas, cuerpos arrojados en las esquinas de las calles. En ese momento, pese a que el ex jefe de la misión de observadores de la ONU desplegados en Siria, Robert Mood, afirmó que las evidencias eran "turbias" en cuanto a quién dirigió la masacre en contra de la población civil, Francia, Reino Unido y Alemania salieron a los medios a afirmar que había sido Bashar al-Assad.



A la fecha no existe investigación que pudiera describir quién o quienes fueron los causantes de tal masacre. Sin embargo, existe información que pone en perspectiva los hechos que hoy vuelve a captar la atención del mundo.

La televisión de Siria ha mostrado con frecuencia el envió de armas de contrabando a este país, a través del Líbano, Turquía y otros cruces fronterizos. El régimen de Arabia Saudita y Turquia han aceptado que envían armas a los rebeldes sirios, que se oponen a Bashar al-Assad. En palabras del principe saudita, Saud al-Faisal "armar a la oposición es un deber". Deber que siguieron junto a Qatar al financiar a ISIS, más conocido como Estado Islámico. 





Lo cierto es que hablar de oposición implica pensar en varios frentes. Destaca por ejemplo el Ejército Libre Sirio (ELS), que según el investigador Aron Lund, "se ha convertido en algo muy parecido al movimiento sectario suní, crecientemente influenciado por la ideología islamista"

El periodista Mikel Muñoz afirma que en estos momentos la oposición armada está dominada, por una parte, por el Estado Islámico que controla toda la parte este de Siria y una franja que sube por el río Éufrates hacia el norte hasta la frontera con Turquía. Mientras que la zona nor-occidental está dominada por el Frente Al Nusra y Ahrar ash-Sham, ambos directamente relacionados con Al Qaeda y que luchan conjuntamente. 

"El principal campo de operaciones de estas dos filiales de Al Qaeda son las provincias de Aleppo e Idlib donde están siendo apoyadas por los pequeños grupos dispersos que quedan de lo que fue el Ejército Libre Sirio, como reconocen, incluso, los principales medios norteamericanos", dice.

Cada grupo es apoyado por bandos extranjeros, no solo está Estados Unidos, Arabia Saudita, sino también países como Irán y Rusia. Para James D. Fearon, un profesor de Stanford, esto explicaría por qué la guerra civil en Siria parece no tener fin. "Muchos estudios han encontrado que si hay intervención externa en ambos bandos, la duración es significativamente mayor”.

Siguiendo la doctrina del ex primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, conocida como "responsabilidad para proteger", muchos países han decidido vulnerar el principio de soberanía de Siria, persiguiendo sus intereses geopolíticos, como control de recursos como el petróleo, o expansión de su zona de influencia.

El saldo de la guerra civil se estima en más de 4 millones de refugiados que huyeron del país, más de 250.000 muertos, dice la analista internacional Claudia Cinatti. Los más afectados han sido la población civil, por eso, en memoria de ellos, es importante ser responsable con lo que se pueda afirmar. El contexto nos presenta un escenario de intervención. ¿Realmente es eso lo que las personas necesitan?

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